A horas de la clausura del PM 84 de mujeres, las imágenes se suceden, imposible contar todo, recrear cada momento, no se puede, explicar mucho menos, solo una alegría inmensa que se desparrama por todos lados.
La gracia de Dios comienza a naturalizarse en los que participan de esa alegría desbordante.
A horas, se siente en el corazón tanto amor derramado, tanto dolor curado, tantas posibilidades de una vida plena y mejor.
Y por supuesto, el agradecimiento a un Dios, siempre generoso y con la actitud de Padre que espera paciente a cada hijo, para abrazarse de una manera única con cada uno.
Gracias Señor por la posibilidad de la vida en las actividades que tenemos como Movimiento, gracias por impulsarnos con lo que tenemos y podemos a hacer lío, gracias por la lucha ligada de tantos hermanos para poder realizar el milagro de la vida, del encuentro.
Bienvenidas hermanas del PM 84, damos gracias a Dios por uds y nos ofrecemos para acompañarlas en la perseverancia y en la sedimentación.
Gracias por la posibilidad del servicio, del trabajo fecundo de la lucha ligada en el aporte generoso, la donación, la ayuda, la disponibilidad de bienes materiales, de tiempos personales y familiares, sean bendecidos todos aquellos que ayudan para que se haga realidad la concreción de tantas actividades.