COMUNIDAD JUAN EL BAUTISTA – “En el apostolado esta mi debilidad y mi amor. Es lo que me hizo replantearme quien estaba siendo yo en la sociedad y cambiar; ser mejor persona”.

Un testimonio la verdad no sé muy bien como comenzarlo. Lo único que tengo claro en mi mente es que Juan es mi lugar en el mundo.

“¿Por qué Juan es mi lugar?”
La comunidad Juan el Bautista me abrió sus brazos y me acogió en el momento justo. En ese momento fue y es “mi cable a tierra”, donde sé que puedo depositar todo, y entregarme, caminar acompañada de personas de las cuales aprendo día a día. Es donde puedo ser yo misma, sin miedo ni temor a que me digan. Donde puedo y quiero poner mi granito de arena.
Juan es mi sostén y mi motor. Es en el apostolado donde puedo ver ese Cristo vivo que tanto necesita de todos, en esas abuelas que con una canción, un abrazo, una oración te devuelven más amor del que podría haber imaginado.

Hoy hace un año y medio que formo parte de esta gran comunidad, y me sigue atrapando lo que me atrapo al comienzo: las personas que forman parte de ella y las abuelas.
Mis compañeros de comunidad, amigos, hermanos de pedal, simplemente son mucho, son pequeñas y la vez grandes personas con enormes corazones que me sorprenden constantemente, con el apoyo, las enseñanzas y el cariño mutuo que compartimos. Me siento muy privilegiada de poder decir que en ellos encontré amigos, esos que te sacan una sonrisa cuando más lo necesitas y te corrigen cuando algo estás haciendo mal.
En el apostolado esta mi debilidad y mi amor. Es lo que me hizo replantearme quien estaba siendo yo en la sociedad y cambiar; ser mejor persona. Las abuelas me enseñan todo el tiempo lo simple y sencillo de la vida, el significado de la frase “vivir el presente”. Duele mucho ver la realidad en la que se encuentran, entenderlo y sentir que no podes hacer algo grande para cambiarlo. Un sacerdote una vez me dijo que “las cosas malas que suceden no es voluntad de Dios, sino obra humana; la voluntad de Dios está en aceptar eso y hacer algo al respecto, y que el dolor que siento al no poder hacer algo es el dolor que sintió Cristo en la cruz”. Pero así también como duele algunas veces, otras nos dan mucha alegría y satisfacción, el verla reírse, cantar, bailar, la sonrisa de ellas al vernos llegar al hogar es indescriptible; ver cómo nos esperan y como se entregan y creen en la oración y en Cristo es suficiente para que siga buscando ser mejor persona para ellas, tomar la cruz que me toca y cargarla.

Hoy renuevo mi compromiso con mi comunidad, y elijo seguir formando parte de Juan, porque Juan es donde quiero seguir practicando la voluntad de Dios, descubrir lo que me tiene preparado y devolverles lo que tanto me dan.

"Esto que soy, esto que somos eso te doy".
                                                                                                                       Romina Rivero - PM 82

COMUNIDAD SAULO - Testimonios de Misión.


"En cada persona encontré ese Cristo Resucitado".

Desde el primer día sentí que me susurrabas suavemente al oído y me decías “Tú eres mi hija amada… Ven y Sígueme”… y como no seguirlo si él fue el que me transformó, el que me liberó.
Así empecé a transitar este camino de preparación para vivir una Semana Santa distinta, marcada de signos, de vivencias, de enseñanzas, de vida comunitaria, una Semana Santa de Amor.
Temerosa tal vez, un poco ansiosa y cansada. Sí llegue al pueblo cansada, llevando en mí esas preocupaciones de lo cotidiano, del mañana pero una vez más tú estabas ahí aliviando mi alma y susurrándome me dijiste
 “no estás sola yo estoy aquí, toma mi mano y caminemos juntos”.
Y caminé, recorrí esas calles un poco distintas a las habituales pero con una sed de su amor y al caminar me toco anunciarte y que difícil a veces se hizo el anunciarte porque creía que debía tener millones de conocimiento sobre ti, pero me demostraste que el mejor anuncio se logra de aquel que sale del corazón, de aquel anuncio cargado de amor.
En cada persona encontré ese Cristo Resucitado, en la gente del pueblo que dejaba unos minutos para escucharnos y compartir sus vidas, encontrar a ese Cristo que nos ayuda a llevar con nuestras cruces y ver como cada uno de ellos abraza su cruz con amor y sigue adelante a pesar de las adversidades.
Encontré a Cristo en mi hermano de comunidad, en ese dar la VIDA en la misión, el de no dejar caer a tu hermano y siempre darle una mano al que lo necesita, el de ver como el día a día que transcurría iban muriendo a su temores, a sus males, a sus pecados para Resucitar en Cristo.
Y encontré a Cristo en mi misma, que una vez más me liberaba de mis pecado y me perdonaba y con voz más potente me decía: “TU ERES MI HIJA AMADA… VEN Y SIGUEME”…
Volví a mi hogar con ese gozo de su amor, con esa felicidad y alegría que lo puedo todo con El, volví Resucitada en Cristo.
Salí el jueves por la mañana a MISIONAR a un pueblito llamado Choromoro y volví el domingo MISIONADA DE SU AMOR. 
                                           

                                                          Celina Rojas -  Comunidad Saulo - PM 85

"Cada preparación y post misión la he vivido con una fe renovada que me convertía en luz intensa y sal que da sabor a todo".

Misionar significa mucho para mí. Ocurren cosas hermosas que no creo poder vivir en ningún otro momento ni lugar. Significa acompañar a mi querido Señor por sus caminos, regocijarme de alegría al ver a todos mis hermanos y hermanas, es la única recompensa que realmente vale. Sentir el amor incondicional de un Dios que se hizo hombre para morir por nuestra salvación, es una experiencia que me conmueve profundamente, me hace sentir un fuego interior que consume todo, extingue los males e ilumina intensamente todo lo bueno. Me convierte en una luz para mí y otros.
Nunca había pensado en dedicarme a esto. Cuando baje del P.M. Dios me bendijo al poner a Saulo en mi camino y mostrarme un camino diferente del que pensaba emprender. La primera misión me enamoro me enamoro y desde entonces viví e despojo no como un sacrificio, sino como un soltar todas las cosas que ocupan mis manos para abrazar a Cristo. Despojarnos siempre nos prepara para recibirlo único verdadero y permanente de este mundo, el amor de Dios.
Amo misionar, cada preparación y post misión la he vivido con una fe renovada que me convertía en luz intensa y sal que da sabor a todo. Cada día de una misión te llena de alegría por todo el amor y generosidad de la gente. Un día que siempre recordare, todo ese amor me reconforto y me hizo sentir feliz cuando no tenía fuerzas para nada. Con mi grupo éramos los últimos en volver tras visitar las casas, cargábamos encima el cansancio de varios días y en cualquier momento alguno iba a caer rendido. No teníamos agua, el sol de mediodía nos apartaba cualquier sombra. En ese momento difícil recordamos la infinidad de veces que Dios nos había hablado por medio de la gente. Nuestros corazones se llenaron de alegría, olvidamos todo los problemas, y empezamos a cantar hasta que llegamos a la escuela. Había entregado todo de mí, aun aquello que no sabía que tenía y Dios me recompenso con un tesoro inigualable.
Esta última misión, de semana santa, fue muy diferente. El Miércoles de Ceniza me propuse a acompañar a Cristo, profundizar mi conversión y que la Cuaresma sea un tiempo de purificación. Pero falle en todas mis promesas y propósitos. Una persona a la que quiero mucho me dio la espalda y todos mis problemas cotidianos se volvieron una carga abrumadora. Cuando las cosas no mejoraron me sentí abatido y desorientado. En medio de la desesperación me aleje de Dios. Al llegar el Domingo de Ramos había decidido hacer a un lado a Dios y continuar con mi vida.
En ese momento horrible el me busco y me llevo a Misa. La ceremonia de bendición de ramos y la misa me hicieron estremecer. Durante la consagración de la eucaristía recordé que en pocos días aquellos al que tanto amaba moriría por mis faltas y debilidades. ¿Acaso podía no acompañarlo en ese momento tan duro? Comprendí que el despojo también implicaba sobreponerse de la tristeza y de la angustia “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tu ve a anunciar el reino de Dios” (Lc. 9, 60). Le ofrende mi malestar y corrí a abrazarlo.

Fui a acompañarlo en su camino de la mejor forma que podía, misionando. Me avergüenza saber que aun allí la tristeza me agobiaba y no me dejaba abrir el corazón a todas las experiencias bellas que vivían mis hermanos de Saulo. El Sábado Santo me sentía muy mal, una sombra de mi había ido al pueblo, no aquel que se alegraba de poder ayudar y servir a los demás aun a pesar de sus malestares. Me sentía egoísta porque me pasaba pidiéndole en lugar de acompañarlo silenciosamente.


Dios es generoso, a pesar de todo me regalo felicidad. Cuando escuche las campanas que anunciaban su resurrección me desperté de la pesadilla. Él había vuelto victorioso sobre la muerte y el pecado. En ese momento me dijo que amaba y que siempre me acompañaría. “Señor tu eres mi alegría y mi herencia, mi destino está en tus manos. Por eso me alegra el corazón, hacen fiesta mis entrañas y todo mi ser descansa tranquilo. Me enseñas la senda de la vida, me llenarás de alegría en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha” (Sal 15, 5.9.11).
El domingo en el fuego murió aquel que estaba desolado y resucito con Cristo un hombre nuevo. El cargo con mis miserias y me dio felicidad inigualable. “Tu cambiaste mi luto en danzas, me quitaste la ropa de duelo y me vestiste de fiesta; por eso te canto sin descanso: Señor. Dios mío, te daré gracias siempre” (Sal 30, 12-13). Muchos no habremos vivido este tiempo como debíamos pero aun así en su generosidad Dios nos sigue llamando y regalándonos su infinito amor.
Al leer Lc 20, 1-8 me di cuenta que Él nunca me abandono. Que había dejado cientos de sepulcros vacíos en todo el camino esperando que los vea y crea. Pero no fui su discípulo amado, lo creí muerto. Me había rendido pero él no se cansó de buscarme. Al escribir esto pude ver con más claridad todas las oportunidades en que no la abrace, al verlo en mi familia, en mis amigos, en mis hermanos, en los misionados y en el resto fiel que buscaban que me sienta mejor. Espero que todos hayan tenido su oportunidad de haber sido abrazados en estos días y que los que no lo fueron habrán los ojos para verlo con sus brazos extendidos. ¡¡¡Felices Pascuas!!!.

Victor Sarverry Galo - Comunidad Saulo - PM 84

VIACRUCIS DE LA JUVENTUD - Testimonios Palestristas.


Amar es servir.
Esta vez me toco elegir servir en un vía crucis por primera vez y se lo vive totalmente diferente al de años anteriores donde solo participaba peregrinándolo.
Mi tarea fue estar en la estación que representaba la muerte de Jesús, y vivir particularmente solo esa. Y como fiel fanática filemona que soy, todo el tiempo que compartí con los chicos que representaban la estación reflexionaba en ese Cristo que estaba muriendo por todos, pero especialmente por los pollos del apostolado, que son esos Cristos sufrientes que Dios nos permite visitar todos los sábados.
Sentí el amor de Dios abrazándome al poder escuchar el testimonio de un chico recuperado de la Fazenda; al igual que el saber que las chiquitas del hogar con las que trabajamos estaban también representando una estación tan significativa para ellas, en la cual Jesús consuela a las mujeres.
También como fiel fanática palestrista sentía que no me alcanzaba el espacio en mi corazón para guardar el orgullo de ver a mis hermanos palestristas ayudando y sirviendo igual que yo para algo tan hermoso. Son estas las cosas que alimentan el alma. Dios designo a cada uno su tarea y particularmente lo hice por amor, ese amor que palestra me enseñó a sentir por las cosas simples de la vida.
                                                                                      Luz Orellana – Comunidad Filemón - PM 83


Un año más en el que tuve la gracia de vivir el Vía Crucis de la Juventud. Siempre lo espero con ansias, con la diferencia de que esta vez tuve realmente presente que el verdadero poder y el ser feliz está en el servicio.
Siguiendo el ejemplo de nuestra Mamá María, muchos dieron su tiempo y su esfuerzo en organizarlo. Yo por mi parte, ofrecí mi pequeño granito de arena pero, por más chico que haya sido, Dios me dio muchísimo más! Mi corazón se renovó y pude ver la inmensa alegría de los jóvenes unidos y trabajando juntos acompañando a Jesús. Se pudo sentir en cada uno a ese Cristo joven y eso me llenó de orgullo!
Como dijo un amigo "los servidores viven el Vía Crucis, pero de manera diferente". Y sí, es verdad. Pero no debemos olvidar que en cada función que te haya tocado desempeñar, al igual que uno está ahí para caminar junto a Jesús, El está con vos en cada paso que des y en cada cosa que tengas que hacer. Así que, con la pechera puesta, el corazón predispuesto y con la gracia de Dios, emprendimos la marcha, y todos juntos, a lo largo de cada estación, mostramos a ese Cristo vivo!
Quisiera rescatar lo que me dijo el Padre antes de comenzar: "Al igual que esta antorcha que te toca llevar, se la luz de Cristo en el mundo. Llévala a cada corazón que se cruce por tu camino". ¡Es la misión de todos nosotros!
 "EN LA PALESTRA COMO SAN PABLO, ANTORCHA EN ALTO, PALABRA EN MANO, SIRVAMOS JUNTOS EN LA ACCIÓN, ¡OH BELLA CIAO!".
                                                                                         Sol Ocón – Comunidad Kenosis – PM 83


“¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado” (Lc 24, 5-6)
Con profunda alegría puedo escribir hoy estas palabras, luego de haber tenido la gracia de ver el fruto del esfuerzo, la dedicación y la generosidad del Señor. Aceptar ser parte de este Vía Crucis fue un desafío desde un principio, porque implicaba no sólo tiempo sino brindarse íntegramente. «…¡y pobre de mí si no anunciare el evangelio! » (1 Cor 9, 16)
Para una mejor organización del Vía Crucis, el equipo se dividió en grupos, y a mí me tocó servir desde el área de Formación, con una comisión que trabajó estupendamente hasta el final y guiando la procesión desde uno de los camiones. Si bien surgieron detalles incluso a último momento que parecían escaparse de nuestras manos, Dios obró en nosotros y cada uno de los que tenían alguna tarea para que pudieran resolverse de la mejor forma.
Bajo el lema “Escucha Joven, ¡Cristo Vive!” fuimos viviendo la Cuaresma de una forma muy especial, planeando y viviendo cada una de las estaciones del Vía Crucis, lo que se tradujo en una hermosa preparación para esta Pascua de Resurrección que hoy celebramos. El mensaje de esperanza en un Cristo que está vivo, que ha vencido a la muerte fue el motor que nos condujo en todo momento a trabajar con total predisposición para este evento que por primera vez, estaba conducido por nuestro Movimiento. La participación popular fue absoluta: cartillas que no dieron abasto, calles céntricas colmadas de gente rezando, cantando, confesándose, participando activamente de este, el misterio más grande de nuestra fe. Y ver esta proclamación del evangelio me alegró profundamente y me llenó aún más de esperanza en el Cristo que ha resucitado y hoy vive entre nosotros.
                                                                   Alvaro Ferre - Comunidad Juan el Bautista - PM 82


Formar parte de la organización del vía crucis de la juventud fue una experiencia enriquecedora, pude compartir con mis hermanos en Cristo e intercambiar carismas.
Me sentí orgullosa por representar a mi movimiento, feliz porque el Señor me eligió.
Fue una linda responsabilidad, de la cual aprendí muchas cosas, a trabajar en equipo, a servir a Dios desde un lugar diferente. Me sentí protagonista y no espectador.
Sentí el amor de Dios a lo largo del tiempo que nos llevó preparar el evento.
Ya que él conoce nuestros tiempos y me hizo sentir la paz y la calma en el momento en que lo necesite.
Una vez más me demostró que no se deja ganar en generosidad, que para todos tiene un plan, y ser parte de esto hizo que mi año comenzara de una manera diferente, sintiéndome capaz, sabiendo que todo lo que uno se proponga lo podrá cumplir, y sobre todo que el Señor nunca nos deja solos.
Estoy agradecida a la pastoral de la juventud, y al movimiento palestra por depositar su confianza en mi… "porque Cristo es mi única ganancia, mi única razón por que luchar, por que vivir porque Cristo es mi éxito, mi triunfo y recompensa es mi única ganancia".
                                                                   Paula paliza - Comunidad Juan el Bautista - PM 80

COMUNIDAD SAULO - "Dios me puso nada más y nada menos, una Comunidad con personas comunes y sencillas pero grandes en la fe de Cristo".


“…Cuando mi Cruz sea pesada, déjame compartir la Cruz del otro…” Para mi no fue casualidad volver el domingo a casa, después de haber vivido mi primera misión de Semana Santa en Saulo y encontrar entre mis cosas estas palabras de la Madre Teresa de Calcuta.

Cuando comenzamos como Comunidad esta preparación de Semana Santa, particularmente venia pasando por un vació espiritual, que me mantenía a oscuras, que no me dejaba ver y  que no me permitía sentir el gozo por las cosas de Dios, la alegría, la esperanza, el AMOR de Dios, yo no podía sentirlo.
Le pedía al Señor que me ayudara a despojarme de todas esas cosas que me hacían estar lejos de el, le pedí que encendiera de nuevo la llama de su amor en mi, así yo podía contagiar a otros mas, le pedí que me dejara redescubrirlo.

Así transite mi preparación para esta Semana Santa, siempre en oración, pero con ese vació que da tanto miedo.
Y así llegue a Choromoro, el pueblo con el que íbamos a compartir la Semana Santa, que no dejaba de ser especial porque también era nuestra primera misión en este pueblo.
Con todo lo que me cuesta me fui dejando a la voluntad del Señor, todavía con el corazón inquieto pero también con la tranquilidad de saber que el no me dejaba.
Con cada familia que me toco visitar viví cosas hermosas y que me llenaron el alma, desde abrirnos las puertas de sus casas y compartir con nosotros un ratito de sus vidas, hasta confiar en nosotros sus alegrías y tristezas hicieron que me diera cuenta que ellos me estaban enseñando a misionar, que esas personas me mostraban la verdadera generosidad y el verdadero AMOR de Dios, sentí que dejaba de estar con miedo y preocupada por mi, y empezaba a servir al otro. Sentí que volvía a ver a Dios en esas personas y así volvía a tener un poquito de luz.
Vivir la Muerte y la Resurrección del Señor con mi Comunidad, vivir con mis hermanos de Saulo este amor a la misión y recorrer con ellos el camino para resucitar con Cristo y redescubrir en ellos también el rostro de Dios es algo que no puedo describir con palabras.  Fui una elegida para ser misionera, para servir a mis hermanos y Dios me puso nada más y nada menos que en una Comunidad que siempre me enseño eso, una Comunidad con personas comunes y sencillas pero grandes en la fe de Cristo, personas que alimentan mi fuego, que encienden la luz de este AMOR.
Y volvi sintiendo de nuevo ese AMOR,  amor que me hace amar desde el servicio, el compromiso, con el corazón a mi Comunidad y a la misión. Amor que me hace salir de mi, para ver por el otro, y así me enseña a ayudar a otros a cargar con sus cruces, mas allá de mi misma, sabiendo que Cristo esta a mi lado ayudándome a cargar la mía.
                                                                                      Luciana Aragón – PM 83 – Comunidad Saulo

SAN PABLO, testimonio de conversión - "Pablo estuvo dispuesto a luchar y sufrir, a amar y a enseñar".


Antes de convertirse en el Apóstol Pablo, como mejor lo conocemos, Pablo se llamaba Saulo y era un enemigo ferviente del cristianismo. La Biblia nos deja saber que era de la ciudad de Tarsos y que su familia tenía ciudadanía Romana. Esto nos dice que Saulo tuvo acceso a una buena educación y tenía la facilidad de viajar. También sabemos que Saulo pertenecía a los Fariseos, un grupo judío conocido por sus estudios sobre las leyes y tradiciones Judías. En los cuatro evangelios vemos con frecuencia que los Fariseos se oponían a Jesús, sus enseñanzas y seguidores.
Después de la resurrección el odio contra los seguidores de Jesús aumento. Los primeros cristianos enfrentaban obstáculos muy difíciles de entender hoy. Ellos fueron rechazados en sus comunidades y peor aún por sus propios familiares y amigos. Pero quizás lo más atemorizante era que aquellos cristianos eran perseguidos, arrestados y en muchas ocasiones condenados a muerte por su fe en la resurrección de Cristo. Saulo tenía un odio tan grande contra los cristianos que el tomo como su misión personal perseguirlos. Tanto así, que estuvo presente cuando mataron al diacono Esteban en Hechos 7.

Encuentro con Jesús
Luego en Hechos 9 vemos que en una ocasión a Saulo se le dio permiso de ir con un grupo de hombres hacia Damasco para arrestar a los cristianos que estaban allí. En camino a Damascos Jesús se le apareció con una luz tan potente que lo dejo siego. Jesús le dijo "Saulo, Saulo, porque me persigues?" . Le ordeno que fuera a la casa de un cristiano llamado Ananías, para recibir instrucciones sobre el propósito que Dios tenía con él. Nunca más fue Saulo. El encuentro con Jesús sacó el odio que tenía y convirtió el corazón duro de Saulo en el corazón noble de Pablo.

Misiones y Cartas
Pablo uso la misma pasión con que perseguía a los cristianos para predicar el evangelio. El embarco en tres viajes misioneros donde visitaba algunas 10 ciudades o más. En muchas de estas ciudades las personas estaban escuchando sobre Jesús por la primera vez, como vemos cuando fue a Atenas. Considera que Atenas era un centro importante de filosofía y creencias en mitología. Hoy es un país considerado cristiano y es debido a esos viajes misioneros de Pablo.
En su vieja vida Pablo atemorizaba a los creyentes. En su nueva vida el los animaba. De los 27 libros en el Nuevo Testamento, 13 fueron escritos por Pablo. Estas epístolas fueron dirigidas a varias ciudades y personas dando instrucciones, consejos y enseñanzas.

La Corona de Pablo
La influencia de Pablo llego a ser una amenaza para los judíos. Leemos en sus epístolas que mucha veces el fue perseguido, arrestado y torturado. Como muchos de los discípulos y los demás apóstoles, Pablo sufrió por el evangelio, tanto así que murió por causa de el en Roma. Pablo escribió su última carta 2 Timoteo en la cárcel y da a entender que el esperaba su muerte.
Aunque Pablo sufrió mucho por el evangelio él hubiese sido el último en sentir lástima por sí mismo. En 2 Timoteo 4 Pablo dice: "Yo estoy ya al punto de ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, que en aquel día me dará el Señor, el juez justo, y no solo a mi sino a todos los que aman su venida".
Pablo estuvo dispuesto a luchar y sufrir, a amar y a enseñar. Precisamente por esta disposición hacia la voluntad de Dios en su vida, Dios nunca lo dejo y lo uso en formas maravillosas. Muchas personas se identifican con la historia de Pablo porque es una historia de redención. Su dedicación y obediencia a Dios continúan siendo de gran inspiración para los cristianos de hoy.
                                                                      Artículo compartido por Comunidad Saulo.

VOLVER A GALILEA - ¿Por qué hay que volver a Galilea para ver al Resucitado? ¿Qué sentido profundo se encierra en esta invitación? ¿Qué se nos está diciendo a los cristianos de hoy?


Los evangelios han recogido el recuerdo de tres mujeres admirables que, al amanecer del sábado, se han acercado al sepulcro donde ha sido enterrado Jesús. No lo pueden olvidar. Lo siguen amando más que a nadie. Mientras tanto, los varones han huido y permanecen tal vez escondidos. El mensaje, que escuchan al llegar, es de una importancia excepcional. 
El evangelio más antiguo dice así: “¿Buscan a Jesús de Nazaret, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado”. Es un error buscar a Jesús en el mundo de la muerte. Está vivo para siempre. Nunca lo podremos encontrar donde la vida está muerta.
No lo hemos de olvidar. Si queremos encontrar a Cristo resucitado, lleno de vida y fuerza creadora, no lo hemos de buscar en una religión muerta, reducida al cumplimiento externo de preceptos y ritos rutinarios, o en una fe apagada, que se sostiene en tópicos y fórmulas gastadas, vacías de amor vivo a Jesús.
Entonces, ¿dónde lo podemos encontrar? Las mujeres reciben este encargo: “Ahora vayan a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán”. ¿Por qué hay que volver a Galilea para ver al Resucitado? ¿Qué sentido profundo se encierra en esta invitación? ¿Qué se nos está diciendo a los cristianos de hoy?
En Galilea se escuchó, por vez primera y en toda su pureza, la Buena Noticia de Dios y el proyecto humanizador del Padre. Si no volvemos a escucharlos hoy con corazón sencillo y abierto, nos alimentaremos de doctrinas venerables, pero no conoceremos la alegría del Evangelio de Jesús, capaz de “resucitar” nuestra fe.
A orillas del lago de Galilea, empezó Jesús a llamar a sus primeros seguidores para enseñarles a vivir con su estilo de vida, y a colaborar con él en la gran tarea de hacer la vida más humana. Hoy Jesús sigue llamando. 
Si no escuchamos su llamada y él no “va delante de nosotros”, ¿hacia dónde se dirigirá el cristianismo?
Por los caminos de Galilea se fue gestando la primera comunidad de Jesús. Sus seguidores viven junto a él una experiencia única. Su presencia lo llena todo. Él es el centro. Con él aprenden a vivir acogiendo, perdonando, curando la vida y despertando la confianza en el amor insondable de Dios. Si no ponemos, cuanto antes, a Jesús en el centro de nuestras comunidades, nunca experimentaremos su presencia en medio de nosotros.

Si volvemos a Galilea, la “presencia invisible” de Jesús resucitado adquirirá rasgos humanos al leer los relatos evangélicos, y su “presencia silenciosa” recobrará voz concreta al escuchar sus palabras de aliento.

MISIONEROS EN CAMINO PARA ESCUCHAR, ANUNCIAR Y SERVIR


Los misioneros palestristas nos vamos de Misión, para escuchar, anunciar y servir, saldremos de nuestras comodidades, de nuestros ambientes cotidianos para acercarnos a los hermanos que viven en Choromoro con la Comunidad Misionera Saulo, en El Nogalito con la Comunidad Nuevo Getsemaní y en los Gómez con la Comunidad Nuevo Sol. 

Vamos a ESCUCHAR la riqueza de sus vidas, sus dolores, sus sueños, sus saberes, su manera de vivir en un medio muchas veces difícil, pèro sabiendo que Jesús y el Espíritu de Dios ya está actuando desde siempre, nosotros, sus misioneros solo vamos a explicitar su persona con nuestras actividades y las vivencias de los sacramentos y actos litúrgicos. 
Vamos a ANUNCIAR, al Dios que se presentó en nuestras vidas de una manera gloriosa y que nos envía a recorrer caminos, casas y corazones, vamos a hacer realidad la Iglesias visitando a los hermanos y anunciando la Buena Noticia. 
Vamos a SERVIR, como una actitud concreta de la semana santa, ponernos a disposición de los hombres y mujeres de los lugares de misión, para que el Señor obre en sus vidas. 
Palestra está en Misión, y eso es un signo grandioso de amor, de Dios hacia cada misionero, enviándolos y acompañándolos, y un signo para el Movimiento que no hace más que explicitar lo que nos propusimos hacer cuando fueron fundadas estas comunidades, llegar a lugares que no tienen la asistencia diaria de sacerdotes, catequistas o misioneros. 

Los que quedamos, nos inclinamos ante la Cruz para rogar por ellos, por su labor en estos días y pedir por los frutos espirituales en cada lugar.

FESTIVAL CANCIÓN PASCUAL - Invitación a los tucumanos de los hermanos Jujeños

Queridos hermanos; Nadie mejor que vosotros artistas, geniales constructores de belleza, va dirigida esta invitación a participar y ser protagonista del FESTIVAL DE LA CANCIÓN PASCUAL edición 2014. Este evento se desarrollará en el Polideportivo del Colegio Santa Teresita los día 2 y 3 de mayo de 2014. La Iglesia Diocesana este año lleva como lema: “CAMINAMOS AL ENCUENTRO CON JESUCRISTO VIVO”. Es una oportunidad para cantar el anuncio del Evangelio de la Vida, despertando un nuevo ardor en el corazón de los fieles invitándolos a amar la vida con el Amor de Cristo. 
Queremos y deseamos que seas protagonista de este evento para llegar a la comunidad anunciando que Jesús está vivo y en medio de nosotros. 
Estaremos esperando tu presencia y tu Donpara el servicio de la evangelización. 
Para informes e inscripciones y retiro de bases dirigirse: 
OBISPADO DE JUJUY – Sarmiento 246 de lunes a viernes de 9.00 a 12.30 hs – tel 4234777 

Que Jesús Señor de la Historia y Nuestra Madre la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya acompañen y bendigan tu vida. 
Marcelo S. Nieva Presidente Com.Ar.Ca Mons. Cesar Daniel Fernández - Obispo de Jujuy

Comunidad de Artistas Católicos (COM.AR.CA)  Visite su página: http://comarcajujuy.jimdo.com/