TESTIMONIO MÓVIL DE LA MISERICORDIA - Actividad conjunta con la Pastoral de la Juventud en vistas al Encuentro Eucarístico Nacional.


Cuando me pidieron que participara del Móvil de la Misericordia que iba a realizarse en el Barrio Juan XXIII, conocido como La Bombilla, acepte solamente por el hecho de que era una actividad que me parecía que podía ser muy fructífera, que podía llenar los corazones de la gente que conoce muy poco del amor de Dios, que muy pocas veces tienen la posibilidad de acercarse al perdón de Dios, de sentirse amados por Él, de saberse llamados a su encuentro, y como siempre, cuando uno planea actividades, se imagina y organiza como van a ir dándose las cosas, pero también, como siempre pasa en las cosas de Dios, se terminan dando de una forma que uno no se espera.

Fuimos al barrio con la idea de acercar a ese Cristo resucitado a la gente que lo necesitaba, y yo particularmente, hacía mucho que no visitaba el barrio, entonces iba con una doble intención, acercar a Dios y saludar a los chicos que conozco desde hace tiempo para saber cómo van sus vidas, y como la van luchando, y también porque no, darles palabras de aliento y hacerles saber que hay un Dios que los espera, los perdona y los ama. 
Pero paso algo diferente, si pude ver a varios de los chicos y hablar con ellos, pero Dios me había llevado ahí para abrirme los ojos, y saber que el problema de que ellos estén tan alejados de Dios era por el simple hecho de que nosotros nos olvidamos de ellos, yo Ezequiel Strazza, muchas veces me hice el otro para ir al barrio porque hacía calor, porque tenía sueño, porque tenía otras cosas más importantes que hacer. Nuevamente el Señor me llevo ahí para dar un servicio y decirme “aquí estoy yo”, búscame, visítame, ayúdame, dame una mano. 
El móvil de la misericordia fue, precisamente el móvil de muchos católicos como yo que fuimos a brindar un servicio y terminamos sintiendo ese amor inmenso que Dios nos tiene, y como nos espera en el lugar más olvidado por muchos, ese móvil me llevo a elevar mi alma hacia él, a sentir que en la nada misma están las cosas más maravillosas, esa gente tienen muchas marcas en la piel, y muchas marcas en su corazón, pero su mirada tiene mucha tristeza y pide a gritos que vos y yo vayamos a visitarlos y brindarnos como herramienta de Dios... 

Por eso, hoy, hermano Palestrista, te pido que dejes de lado tu comodidad, tu tibieza, y salgas al encuentro del hermano necesitado, ese hermano que no tiene la posibilidad y el hermoso regalo de sentirse amado por Dios…. “No teman ni se acobarden; salgan mañana al encuentro de ellos porque el SEÑOR está con ustedes.” 

Ezequiel Strazza - Comunidad Filemón – Etapa Jóvenes – PM 76