Ahora es tiempo de perseverancia, espacios para consolidar lo experimentado, miradas nuevas para todo lo que nos rodea, compromisos para mejorar el entorno y mirar más allá, a la vida de los prójimos de la vida diaria.
En el estadio (Palestra), el lugar de perseverancia concreto será la Comunidad y sus elementos principales para el entrenamiento; una relación con Dios por medio de la piedad, educación integral en el amor, la comunicación, un soporte fundamental que es la dirección espiritual, una actividad apostólica en algún ambiente, y la lucha ligada para acompañarnos en los momentos buenos y en los difíciles de la vida.
Estos medios nos ayudan a perseverar, a sedimentar lo vivido, lo experimentado, a descubrir las potencias, dones y talentos que tenemos y que deben ser puestos al servicio de los demás.
En Comunidad, y con el pedal, el Palestrista crece en una relación más íntima con el Padre, que le ayuda a descubrir en su historia personal los signos que va manifestando la Voluntad de Dios en su vida.
- Se enriquece en la vivencia de los valores evangélicos.
- Se hace más fecundo el diálogo con los hermanos.
- Se logran nuevas riquezas, a través del intercambio de experiencias.
- El apoyo y el testimonio de los hermanos, permite a cada miembro, ser más eficaz en el anuncio de la Palabra, al mismo tiempo que sirve de incentivo para perseverar en la lucha.
- Crece en un mayor compromiso y conocimiento de la realidad y los ambientes en que vive.
- Participar activamente de la comunidad implica un proceso de conversión constante; lo cual compromete a cada Palestrista a una vida de renuncia y entrega.
Invitamos a los participantes de los motivadores a estas reuniones, donde van a ir tomando decisiones fundamentales para su vida espiritual y de relación con Dios y sus hermanos. Los esperamos.